29 abril, 2009
Una de las claves de muchos seminarios de liderazgo tienen por objeto “descubrir” qué es aquello que puede convertir a una persona en líder, en aquella suerte de mentora capaz de guiar, coordinar y motivar a un grupo de pares en pos de una meta.
Comparto con Uds. el siguiente post de Francisco Alcaide titulado “¿Qué demandan los empleados de sus jefes?” que demuestra que la respuesta está mucho más cerca de lo que se cree:
Hace unos días publiqué un post titulado: “¿Qué es lo más difícil de ser líder y ocupar un puesto de responsabilidad?”. Era una pregunta que les hice a los 14 especialistas incluidos en mi libro “Who´s Who en el Management Español”. Aquí van las respuestas de los ejecutivos consultados:
- Coherencia. Los empleados no suelen retraerse ante objetivos ambiciosos o ante elevadas exigencias de calidad, sino ante la falta de concordancia entre las metas que se imponen y la actitud personal de quien dirige. Un jefe que vaya por delante dispone de una alta renta de credibilidad entre sus colaboradores.
- Que sean consistentes, que prediquen con el ejemplo.
- Honradez y competencia, además de compromiso y ética y, sobre todo, que den ejemplo y sean coherentes con lo que predican.
- La gente necesita sentir que son tenidos en cuenta y considerados parte del resultado. En definitiva, los empleados demandan respeto y atención individual y única.
- Integridad. Los empleados buscan en el jefe una persona de la que puedan fiarse, tanto de su capacidad directiva como de sus intenciones. De ahí la importancia de la coherencia entre lo que se piensa, dice y hace. También quieren que se les marque un campo de actuación con suficientes grados de libertad.
- Que sean personas.
Etiquetas: Liderazgo
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