19 diciembre, 2008
Nuestra profesión se encuentra aún hoy en un estado incipiente si se la compara con otras disciplinas “consolidadas”.
En este estado embrionario (o podemos negociar un comienzo de segundo trimestre), caemos en la irremediable tarea de evangelizar.
Dar cátedra sin pupitre de qué son, cuáles pueden ser los beneficios de su gestión planificada y la gran influencia que posee en el negocio troncal de cualquier empresa son tareas que, al menos de momento, parecen ser ineludibles.
Durante este proceso de instrucción, muchas veces se pierde en una gran nube de términos teóricos el verdadero valor de la profesión: llegar al otro.
Presentación de credenciales, discusión de un position, evaluación de FODA y PEST son sólo algunos de la gran cantidad de ejemplos que pueden atentar paradójicamente con nuestro objetivo primario de enfatizar nuestra importancia en el esquema estructural de la organización.
Si bien es verdad que a fines prácticos muchos neologismos y términos anglosajones resultan útiles en la consecución misma de cada acción, tal vez debiéramos evaluar su reemplazo por conceptos más amigables (friendly) y autóctonos (“loucal”) a la hora de hablar con un potencial cliente.
Por supuesto, que no me refiero a las grandes corporaciones. A éstas, gran parte de estos términos no les son ajenos.
Me refiero más bien a esa gran masa de pequeñas empresas e individuos que buscan un asesoramiento en su relacionamiento con los diferentes públicos. Son ellos quienes tienen claro el posicionamiento al que aspiran, aunque no necesariamente signifique por ello que sepan qué es un boilerplate.
No ha de creerse que por usar términos llanos, se imprime a las Relaciones Públicas de una simpleza que menoscaba y subvalora su potencial. Nada de eso. La humaniza. La acerca. La traduce. La hace palpable a la mente del otro.
Cuanto mejor y más claramente nos hagamos entender a la hora de explicar los beneficios de nuestros servicios, mayor será el terreno ganado a la consolidación de nuestra profesión en la mente del ciudadano común y mayor será la posibilidad de que ese cliente potencial (al comprender y saberse comprendido) finalmente nos escoja.
En este estado embrionario (o podemos negociar un comienzo de segundo trimestre), caemos en la irremediable tarea de evangelizar.
Dar cátedra sin pupitre de qué son, cuáles pueden ser los beneficios de su gestión planificada y la gran influencia que posee en el negocio troncal de cualquier empresa son tareas que, al menos de momento, parecen ser ineludibles.
Durante este proceso de instrucción, muchas veces se pierde en una gran nube de términos teóricos el verdadero valor de la profesión: llegar al otro.
Presentación de credenciales, discusión de un position, evaluación de FODA y PEST son sólo algunos de la gran cantidad de ejemplos que pueden atentar paradójicamente con nuestro objetivo primario de enfatizar nuestra importancia en el esquema estructural de la organización.
Si bien es verdad que a fines prácticos muchos neologismos y términos anglosajones resultan útiles en la consecución misma de cada acción, tal vez debiéramos evaluar su reemplazo por conceptos más amigables (friendly) y autóctonos (“loucal”) a la hora de hablar con un potencial cliente.
Por supuesto, que no me refiero a las grandes corporaciones. A éstas, gran parte de estos términos no les son ajenos.

Me refiero más bien a esa gran masa de pequeñas empresas e individuos que buscan un asesoramiento en su relacionamiento con los diferentes públicos. Son ellos quienes tienen claro el posicionamiento al que aspiran, aunque no necesariamente signifique por ello que sepan qué es un boilerplate.
No ha de creerse que por usar términos llanos, se imprime a las Relaciones Públicas de una simpleza que menoscaba y subvalora su potencial. Nada de eso. La humaniza. La acerca. La traduce. La hace palpable a la mente del otro.
Cuanto mejor y más claramente nos hagamos entender a la hora de explicar los beneficios de nuestros servicios, mayor será el terreno ganado a la consolidación de nuestra profesión en la mente del ciudadano común y mayor será la posibilidad de que ese cliente potencial (al comprender y saberse comprendido) finalmente nos escoja.
Etiquetas: Relaciones Públicas
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