08 enero, 2010
En otras oportunidades he hablado acerca de la importancia del trabajo en equipo y de la necesidad de una guía humana que comande las voluntades.
“En una mirada absolutamente sesgada, que se limita a mi propia experiencia”, tal como afirma Martín Fernández (profesional cuyo espacio InternalComms debo confesar resulta adictivo), les acerco las nociones que me resultaron más destacadas a la hora de coordinar un equipo de trabajo.
Valiéndome un poco de la línea autorreferencial que indica Martín, y con la impunidad que uno supone tener al crear su propio espacio digital, debo decir que estas ideas me resultan vigentes y certeras, también en base a MI propia experiencia:
1. Para que un equipo obtenga buenos resultados no es necesario que sus integrantes simpaticen entre ellos. Si así es, mejor. Pero no es imprescindible. En verdad poco importa si a A le gusta lo clásico y B no es más que un rocker desenfrenado. La vida personal de los integrantes de un equipo debe conocerse en la medida justa de que este conocimiento sirva para direccionar la motivación en función de sus particulares intereses, comprender en profundidad a la persona detrás del profesional y saber guiar en consecuencia. Por lo demás, si todos apuntamos a la misma meta como equipo, bien podría hacerme fan de los comics. Lo que importa es la interacción y convivencia en base al respeto de las singularidades.
2. Aún si los miembros del equipo no se soportan, igual pueden obtener grandes-inmensos-gigantes resultados. Esto tiene que ver con la “catadura” moral de cada persona. Hay personas que por más que detesten a otras personas, hacen las cosas bien. Porque así son sus valores personales, su formación, su instinto: hacen lo que tiene que hacer, más allá de las rencillas personales. Relacionado con el punto anterior, pero sutilmente distinto. A mí parecer, este punto se relaciona con valores y formas de hacer las cosas que debieran unirnos no importa qué: responsabilidad, cooperación, contención, respeto y profesionalismo. Son los momentos claves de la vida laboral los que demuestran la “verdadera madera” de los profesionales, porque son éstos los que dejan entrever las cualidades humanas detrás del ejecutivo. Siempre creí que un profesional con calidez humana tenía más chances de ser respetado entre sus colegas.
3. Un lugar común, pero no por eso menos cierto: las manzanas podridas, afuera. INMEDIATAMENTE. Esto no se negocia, jamás. Los estados de ánimo son más contagiosos que la Gripe A. Directo. Simple. Imprescindible.
4. La palabra clave del trabajo en equipo es SINERGIA. Esfuerzos complementarios, ideas que necesiten ser profundizadas por más de un especialista. Que una parte se apoye en la otra, y entre todas, tomen impulso. Ideas planas, resultados planos. La complejidad obliga a la sinergia. Un equipo con un carácter podrido, pero que sinergiza, hace milagros. La suma de las partes (de su energía) es infinitamente superior al todo. La multiplicidad de ópticas sin duda garantizará resultados más sólidos
A este breve resumen (artículo completo aquí), le agrego otros conceptos que fui dejando entrever:
Respeto: Las presiones por los deadlines, sumado a estas posibles diferencias de personalidad, pueden abrir la puerta a cruces verbales entre miembros de un mismo equipo. Aún cuando sintamos que hablar con alguien parece tener ningún sentido, no pierdan la compostura. Una vez leí: El respeto es la excelencia de la humildad.
Motivación del líder: Un buen líder detecta el momento en el que hace falta un chiste para descomprimir, un corte para repensar estrategias o un empuje para la consecución del proyecto. Un buen líder pone sobre sus hombros la tarea y la direcciona hacia delante. Un buen equipo, lo sigue por el reconocimiento de su figura como tal. Verba movent, exampla trahunt (Las palabras mueven, los ejemplos arrastran).
La fe mueve montañas. Y un buen clima de trabajo convierte imposibles en concreciones.
“En una mirada absolutamente sesgada, que se limita a mi propia experiencia”, tal como afirma Martín Fernández (profesional cuyo espacio InternalComms debo confesar resulta adictivo), les acerco las nociones que me resultaron más destacadas a la hora de coordinar un equipo de trabajo.
Valiéndome un poco de la línea autorreferencial que indica Martín, y con la impunidad que uno supone tener al crear su propio espacio digital, debo decir que estas ideas me resultan vigentes y certeras, también en base a MI propia experiencia:
1. Para que un equipo obtenga buenos resultados no es necesario que sus integrantes simpaticen entre ellos. Si así es, mejor. Pero no es imprescindible. En verdad poco importa si a A le gusta lo clásico y B no es más que un rocker desenfrenado. La vida personal de los integrantes de un equipo debe conocerse en la medida justa de que este conocimiento sirva para direccionar la motivación en función de sus particulares intereses, comprender en profundidad a la persona detrás del profesional y saber guiar en consecuencia. Por lo demás, si todos apuntamos a la misma meta como equipo, bien podría hacerme fan de los comics. Lo que importa es la interacción y convivencia en base al respeto de las singularidades.
2. Aún si los miembros del equipo no se soportan, igual pueden obtener grandes-inmensos-gigantes resultados. Esto tiene que ver con la “catadura” moral de cada persona. Hay personas que por más que detesten a otras personas, hacen las cosas bien. Porque así son sus valores personales, su formación, su instinto: hacen lo que tiene que hacer, más allá de las rencillas personales. Relacionado con el punto anterior, pero sutilmente distinto. A mí parecer, este punto se relaciona con valores y formas de hacer las cosas que debieran unirnos no importa qué: responsabilidad, cooperación, contención, respeto y profesionalismo. Son los momentos claves de la vida laboral los que demuestran la “verdadera madera” de los profesionales, porque son éstos los que dejan entrever las cualidades humanas detrás del ejecutivo. Siempre creí que un profesional con calidez humana tenía más chances de ser respetado entre sus colegas.
3. Un lugar común, pero no por eso menos cierto: las manzanas podridas, afuera. INMEDIATAMENTE. Esto no se negocia, jamás. Los estados de ánimo son más contagiosos que la Gripe A. Directo. Simple. Imprescindible.
4. La palabra clave del trabajo en equipo es SINERGIA. Esfuerzos complementarios, ideas que necesiten ser profundizadas por más de un especialista. Que una parte se apoye en la otra, y entre todas, tomen impulso. Ideas planas, resultados planos. La complejidad obliga a la sinergia. Un equipo con un carácter podrido, pero que sinergiza, hace milagros. La suma de las partes (de su energía) es infinitamente superior al todo. La multiplicidad de ópticas sin duda garantizará resultados más sólidos
A este breve resumen (artículo completo aquí), le agrego otros conceptos que fui dejando entrever:
Respeto: Las presiones por los deadlines, sumado a estas posibles diferencias de personalidad, pueden abrir la puerta a cruces verbales entre miembros de un mismo equipo. Aún cuando sintamos que hablar con alguien parece tener ningún sentido, no pierdan la compostura. Una vez leí: El respeto es la excelencia de la humildad.
Motivación del líder: Un buen líder detecta el momento en el que hace falta un chiste para descomprimir, un corte para repensar estrategias o un empuje para la consecución del proyecto. Un buen líder pone sobre sus hombros la tarea y la direcciona hacia delante. Un buen equipo, lo sigue por el reconocimiento de su figura como tal. Verba movent, exampla trahunt (Las palabras mueven, los ejemplos arrastran).
La fe mueve montañas. Y un buen clima de trabajo convierte imposibles en concreciones.
Etiquetas: Relaciones Públicas
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